El son jarocho, como declara Andrés Moreno en el prólogo de este libro, es un vínculo que “permite convivir y reencontrarse como individuos y como sociedad”. El son jarocho es armonía en el sentido más amplio de la palabra: social, musical e histórica. Este libro ilustrado, escrito en prosa pero también en verso, narra cómo se activa la constelación que gira en torno al fandango, la fiesta colectiva que lo integra todo. Aquí, como si el libro fuera una tarima, las palabras de Ana Zarina Palafox se encuentran con las ilustraciones de Eréndira Derbez para bailar en forma de una literatura que, como el son jarocho, no tiene edades.
Ana Zarina Palafox (1965) es música, trovadora, productora y gestora cultural. Multiinstrumentista de folklore latinoamericano en los setenta, y música escénica desde los ochenta, década en la que se aquerenció, arpa en mano, con el Sotavento. Es improvisadora multiestrófica en más de 20 estilos musicales y verso estructurado de Iberoamérica. Creadora del método “Jugando con la rima”. Ha impartido conferencias, ponencias y talleres en Perú, Colombia, Chile, Argentina, Cuba, el País Vasco y Estados Unidos. Ha sido becaria del FONCA dentro del programa Músicos Tradicionales con trayectoria emisiones 2013 y 2019. Espera que sus cenizas descansen algún día en el Río Papaloapan.
Eréndira Derbez (Ciudad de México, 1991) es ilustradora y escritora. Cofundadora del Estudio Plumbago de diseño en la Ciudad de México. Es coautora de No son micro. Machismos cotidianos (Grijalbo,2020), Mapas corporales (Lumen, 2023) y autora de Inés Amor y los primeros años de la Galería de Arte Mexicano (Bonilla Artigas, 2024).
Andrés Moreno Nájera. En la mágica Sierra de Los Tuxtlas se encuentra la mágica ciudad de San Andrés. Desde ahí, Andrés Moreno ejerce su magia. ¿Brujo? No exactamente, aunque sí es capaz de transmutar conciencias y seres humanos, ejerciendo su oficio de maestro —en más de un sentido. Son abajeño, ecología, sociología, pedagogía, tanatología y hasta profecía, pero con una simpleza ejemplar, contagiosa. Andrés Moreno Nájera platica mucho pero jamás sobre sí mismo. Su ser es una especie de visor cósmico multidimensional que nos permite sentir el mundo de otra manera. Retoma de tanto en tanto sus narraciones, sus presentaciones didácticas y su capacidad de divertirse en un fandango.