
Adalber Salas. Entre otros, autor de los libros de poesía Salvoconducto (XXXVI Premio de Poesía Arcipreste de Hita; Pre-Textos, 2015), La ciencia de las despedidas (Pre-Textos, 2018), [a love supreme] (Letra Muerta, 2018), Nuevas cartas náuticas (Pre-Textos, 2022), Crania (Letra Muerta, 2023) y Las fuerzas débiles (Vaso Roto, 2024; escrito junto con Elisa Díaz Castelo), así como los volúmenes de ensayo Clarice Lispector: el lugar de la poesía (Ril Editores, 2019), Palabras sin dueño. Variaciones sobre la traducción literaria (UNAM, 2019), Isolario (Pre-Textos, 2023), Retrato del traductor con cabeza de perro (Libros de la resistencia, 2023). Ha traducido obras de Marguerite Duras, Antonin Artaud, Charles Wright, Pascal Quignard, Mark Strand, Lorna Goodison, Yusef Komunyakaa, Anne Boyer, Roger Robinson, Kendel Hippolyte, Shara McCallum, Nicholas Laughlin, Li-Young Lee, Gerald Murnane, Georges Bataille, Kei Miller, Jamaica Kincaid, Safiya Sinclair, Patrick Chamoiseau, Édouard Glissant, Edwidge Danticat, Suzanne Césaire, Kamau Brath-waite y Frankétienne.
Al ras del suelo, como acariciando el territorio bajo sus pies, Adalber Salas Hernández recorre en este libro una región plagada de fantasmas. La voz que nos guía a través de estas páginas huye por donde no hay caminos, se tropieza y desintegra, va regalándole a una hija palabras que cambian de significado al pronunciarlas. Caminar en círculos hasta hacer un país, se propone Salas Hernández en este diccionario, y posa la mirada en donde pocos se atreven a mirar. Aquí todos somos extranjeros, animales de otra leche.
—Isabel Zapata
Buscando respuestas para el dolor de la ausencia en los libros, las lenguas y la historia, esta estremecedora entrega de Adalber Salas Hernández repotencia, al (re)unirlas, diversas vertientes expresivas: poema, narración, ensayo, epístola, epígrafe, nota a pie de página —descolocada—, y glosario (del latín) personalizado. Como “hija del tajo”, esta palabra del exilio, desgarrada y perfumada a la vez, subvierte todos los órdenes sensoriales, mentales y vitales (voz, tiempo, límite), para buscar —y encontrar— el innegable esplendor de lo inexorable en “un grito, un ramalazo rojo”.
—María Auxiliadora Álvarez